El cuidado de la salud bucal debe comenzar desde los primeros meses de vida. Esta tarea primaria debe recaer en los padres quien con un paño húmedo deben limpiar sus encías.
Los dientes de los niños necesitan un cuidado especial.
Para nadie es una sorpresa lo difícil que puede llegar a ser crear el hábito de la higiene dental en los más pequeños y establecer una rutina es el primer paso para tener dientes sanos durante toda la vida. De ahí que desde nuestra escuela, en colaboración con la familia intentemos poner nuestro granito de arena en contribuir a que el hecho de lavarse los dientes se convierta en un hábito.
La mejor forma para que los cuidados dentales se incluyan en las costumbres de los niños, es que siempre haya sido un hábito, es decir, que los padres les limpiaran los dientes hasta que ellos aprendieran a hacerlo por sí mismos.
Que lo incorporen a su rutina no significa necesariamente que lo hagan bien, por lo mismo, es necesario que tanto el papá como la mamá estén atentos y revisen el cepillado de dientes durante al menos dos minutos y no dejen ninguna zona sin limpiar.
Algunas recomendaciones para hacer más fácil la tarea de crear hábitos de salud bucal en los más pequeños:
> Imitación: A los niños les encanta imitar lo que los mayores hacen, por eso es muy bueno que observen a sus padres o hermanos lavarse los dientes correctamente. Comprar el cepillo adecuado para su edad y llevarlos para que ellos lo elijan también es una buena idea.
> Aprender la técnica: Cepillar de manera correcta, incluyendo encías, muelas, todas las caras de los dientes y, por último, pero muy importante, cepillar la lengua.
> Pasta de dientes: Es importante elegir la pasta de dientes correcta para cada niño, adecuada a su edad, poniendo pequeñas cantidades en el cepillo.
> Espejo: Dejar que los niños se laven los dientes delante del espejo es una muy buena idea, además de encontrarlo divertido ellos podrán ver dónde tienen que cepillar y cómo deben hacerlo.
> Rutina: En los niños se debe crear la costumbre de lavarse los dientes en la mañana, después de cada comida y en la noche. Si lo ven como algo divertido, jugando o actividad compartida con su adulto más especial, se contribuye aún más a que se convierta en un hábito.