La pregunta clave que nos debemos de hacer ¿Realmente es beneficioso el uso de dicho accesorio o es más bien un lastre en un desarrollo sano, lógico y equilibrado? Existen numerosos estudios tanto a favor como en contra. Ninguno de ellos ha resultado concluyente hasta el momento pero si que coinciden en algunos aspectos relativos a una utilización incorrecta o excesiva.
VENTAJAS E INCONVENIENTE
Nacemos con el instinto de alimentarnos para crecer. Este mecanismo se presenta en los recién nacidos mediante el reflejo de succión. Se trata por tanto de un acto involuntario que comienza en el vientre materno y desaparece poco a poco durante los primeros seis meses de vida dando lugar al acto consciente de alimentarse. El pecho de la madre no solo lo alimenta sino que proporciona calor y contacto físico y afectivo. Cuando un niño/a pequeño tiene sueño, está cansado o no está cómodo busca un refugio en la falsa promesa de seguridad y confort que le proporciona ese pequeño objeto de plástico. La seguridad y el confort se lo proporcionan las personas de su entorno, su familia, sus profesores… Las familias y la escuela trabajan unidas con el fin de proporcionar a los niños/as la autonomía necesaria para un desarrollo sano y equilibrado en el que poco a poco dejan de ser bebés para convertirse en pequeños adultos que realizan tareas cotidianas y rutinarias por ellos mismos: recoger sus juguetes, colaborar a la hora de vestirse, comer sin ayuda…Esta autonomía les proporciona esa seguridad en sí mismos que necesitan durante su crecimiento siendo como papá y mamá (que no usan chupete).
Resulta ilógico intentar ser mayor si no abandonamos todo aquello que ya no necesitamos.
El chupete no es ni mucho menos imprescindible entre los enseres básicos de un niño/a pequeño y hoy por hoy no es recomendado por muchos pediatras puesto que acarrea más inconvenientes que ventajas. Es un muy probable foco de infección puesto que la boca es un medio húmedo ideal para que vuestro hijo/a introduzca en su organismo toda clase de bacterias y suciedad recogidas en el chupete. Además puede afectar al desarrollo dental y a las encías causando desviaciones de las piezas dentales. Muchos de los que encontramos en el mercado pueden no resultar seguros: materiales tóxicos o que no han pasado controles de seguridad, piezas que pueden soltarse o romperse y ser ingeridas accidentalmente…
ADIOS CHUPETE, ADIOS
La clave como para casi todo en la vida son la PACIENCIA y la CONSTANCIA. Es muy difícil abandonar un mal hábito y sobre todo si se ha convertido en una necesidad psicológica. Lo más recomendable es no ofrecerle el chupete desde un primer momento. Algunos niños/as lo rechazan porque no les gusta su textura. Otros se vuelven “adictos” y el momento de abandonarlo se convierte en una situación angustiosa y estresante tanto para niños como adultos. Debemos apoyar y confortar pero también vigilar que no busque un sustituto como el dedo o una gasa puesto que tendríamos el mismo problema. Les hacemos entender que han abandonado una etapa donde eran bebés que hacían cosas de bebés y ahora son niños/as mayores que hacen cosas mucho más divertidas. Podemos ayudarlos dándoles pequeñas responsabilidades que antes no tenían recalcando así el hecho de que hacerse mayor implica tomar un papel más activo tanto con su familia como con el resto de personas de su entorno.
Desde la escuela intentaremos ayudarles para que superen esta fase, y muchos de ellos/ellas lo conseguirán en las aulas de un año.