Cocinar puede desarrollar multitud de habilidades como la psicomotricidad fina, el desarrollo de procesos lógicos o la manipulación de los alimentos, además de conseguir el disfrute de los niños experimentando y desarrollando el gusto por una nutrición variada y atractiva.
La alimentación es una parte muy importante en nuestras vidas. Entre otras razones porque culturalmente es mucho más que en una necesidad fisiológica. Es un acto social en el que aprovechamos para compartir un momento del día con nuestra familia y amigos. Evitar desarrollar un rechazo hacia este momento es fundamental en la Educación de los niños.
Para que los menores no sientan aversión a determinados alimentos se debe realizar una introducción de los diferentes tipos que existen para ir educando el paladar y que se vayan acostumbrando a probar platos variados.
Una tarea que se inicia en la familia y se complementa con la escuela, ya que una gran parte de los niños de Educación Infantil asiste al comedor escolar.
En la EI “La Papallona”, gestionada por la empresa Clece en el municipio de Xeraco (Valencia), trabajan en este sentido la alimentación incluyéndola como tema transversal de su programación. Así, se ha introducido como actividad para todos los proyectos que se trabajan en la escuela un taller de cocina fría en el que las recetas elaboradas se adaptan a la temática de cada iniciativa.
Habilidades relacionadas
El objetivo del taller es iniciar a los niños en los conocimientos gastronómicos y valores nutricionales, fomentando el interés de los pequeños y concienciando a las familias de la importancia de una buena alimentación. Con los talleres de cocina no sólo se trabaja la alimentación, sino también otras habilidades relacionadas como la psicomotricidad fina, el desarrollo de procesos lógicos como la asociación o la clasificación, y procesos cognoscitivos de manipulación, mezcla, separación…
Con las manos en la masa y a lo largo de todo el curso, los niños de la “La Papallona” han preparado las siguientes recetas variadas:
- Fantasmas de plátano y cereales, coincidiendo con la festividad de Halloween.
- Bombones de Navidad con masa de bizcocho. Receta en la que los niños experimentaron con diferentes ingredientes y vieron la transformación en el microondas.
- Bizcocho de San Antonio, con base en forma de pez y relleno de chocolate, que formó parte del proyecto educativo dedicado a los animales.
- Zumo de naranja, bebida que permitió contar la historia de la naranja
–fruta típica de la Comunidad Valenciana–, trabajar el color naranja y realizar asociaciones entre la materia prima y el producto final, puesto
que se preparó zumo para acompañar al almuerzo. - Erizo de sandía, previa excursión al mercado para comprar sandía. Al día siguiente los pequeños experimentaron erizo.
- Mariposa de frutas, para la que se compraron diferentes frutas que se colocaron en una plantilla con forma de mariposa.
Todo esto ha resultado una actividad muy provechosa con resultados muy positivos como la gran motivación en la realización o el disfrute de los niños experimentando y descubriendo cosas nuevas, trabajando de manera autónoma y desarrollando el gusto por una alimentación variada.